Impresión a la carta

20 de enero de 2014

Imagina un domingo, 10 de la mañana, y tú dispuesto a preparar la comida que has organizado esta noche. Imagina también que cuando te dispones a preparar tu famosa tortilla de patatas, la sartén (todos sabemos que para preparar la tortilla de patatas se utiliza siempre la misma sartén, manía española llamémoslo) se ha roto. Cena al traste. 
Eso no pasaría si tuviésemos una impresora 3D dispuesta a fabricarnos una nueva sartén al momento, que salvase la cena y tu reputación social. 

Las impresoras, un elemento tan común en nuestras vidas, han sufrido una evolución en los últimos tiempos. Desde que en 1950 se desarrollase la primera impresora, capaz únicamente de imprimir textos, pasando por la aparición en 1980 de la primera impresora láser. Lo que inicialmente era un objeto de “lujo” en nuestras vidas, ha pasado a ser un imprescindible en hogares y puestos de trabajo. 


Por eso, cuando algunos (conformistas, digamos) creían que estaba todo inventado, llega la revolución en el mundo de la impresión, las impresoras 3D. Cuando uno piensa en una impresora 3D, le viene a la mente el poder tener sin necesidad de moverse de casa, cualquier objeto que se le antoje. Y sí, inicialmente fue utilizada para fabricar objetos de pequeño tamaño, pero posteriormente ha saltado a áreas científicas presentando posibilidades hasta ahora inimaginables. 

Todo se remonta al año 1983 cuando Chuck Hull, que más tarde fundaría 3D Systems, inventa el primer método de impresión 3D: la estereolitografía. Esta técnica utiliza la estratificación, en el que a partir de un programa que traduce un modelo CAD 3D en información por capas, plasma esta información en una resina fotopolimérica que solidifica al exponerse a luz ultravioleta. 
Es una idea, a priori, simple, pues se basan en el mismo principio que las impresoras comunes de tinta, solo que en lugar de depositar tinta sobre una hoja, van depositando el material deseado en diferentes capas, siguiendo el patrón de un modelo digital. 

Las ventajas son muy evidentes:

- Se reducen los residuos, ya que si normalmente en la producción de un producto se generan materiales defectuosos o desechos, con la impresión 3D se evitarían pues se trata de un proceso de alta precisión de adición sobre el objeto.
- Optimización de la producción: la producción se realiza siguiendo el modelo diseñado en el ordenador por lo que se pueden realizar tantos cambios de diseño como se desee, sin tener que modificar la maquinaria. Producción a la carta: se le puede ofrecer al cliente un producto personalizado, sin que por ello se vea aumentado el precio del producto, y además en un corto período de tiempo.
- Costes de transporte: y es que, podríamos producir lo que queramos, donde lo necesitamos y con un coste muy bajo. 

Lo que más llama la atención no son solo las numerosas aplicaciones, sino la diversidad de campos en las que se pueden emplear: 

- Bioimpresoras: el uso más futurista, y el que probablemente tenga un mayor impacto en nuestras vidas sea en la impresión de repuestos vivos para nuestros órganos. En este caso, la impresora iría depositando capa por capa tejido celular vivo hasta formar tejidos y órganos humanos. Esta tecnología se encuentra en su fase inicial, aunque sería clave en la generación de tejidos para trasplantes que no causasen rechazo en el paciente. Hasta ahora se ha logrado imprimir prótesis totalmente compatibles con el paciente. 


- Gastroimpresión: un futuro en el que los cocineros sean sustituidos por impresoras 3D. El chef Paco Morales junto con el estudio Green Geometry Lab, está trabajando en un proyecto en el que los cabezales inyectores de la impresora puedan imprimir materiales comestibles fundentes como mantequilla, chocolate o queso. Orientados hacia proyectos espaciales trabajan en la Universidad de Cornell, en la que están experimentando con hidrocoloides, geles comestibles mezclados con diferentes nutrientes, que proporcionarían a los astronautas un sistema automatizado de abastecimiento de comida. 
- Construcción de casas: científicos de California trabajan en una nueva tecnología denominada “contour crafting”, en la que una máquina con brazos robóticos y boquillas de extrusión, se va desplazando siguiendo el patrón por capas diseñado, dejando espacio para la instalación de tuberías y cableado eléctrico. Con este novedoso sistema, no solo se lograría fabricar casas a una mayor velocidad, sino con una mayor precisión, a un precio menor, y sobre todo, abriendo las puertas a diseños en construcción hasta ahora inimaginables. Recientemente, la NASA estudia la posibilidad de emplear esta tecnología en la construcción de la primera base permanente en la Luna. La clave: no es necesario desplazar a los obreros hasta allí, y además como materia prima se necesitaría únicamente una sustancia capaz de aglomerar el polvo rocoso de la superficie lunar.


Demás objetos como, aviones no tripulados impresos en 3D en solamente siete días, joyería en plata y oro fabricada casi instantáneamente y totalmente a medida del consumidor, o Nokia que puso a disposición del público los planos para la fabricación de la carcasa del Lumia 820 para que los usuarios pudiesen hacer uso de impresoras 3D para obtenerlas totalmente personalizadas, son solamente ejemplos de lo que esta tecnología de impresión en 3D puede ofrecernos.
Como siempre, esperaremos ansiosos a descubrir todos los avances que ésta puede traer a nuestras vidas.
La imprenta es un ejército de 26 soldados de plomo con el que se puede conquistar el mundo
- Johannes Gutenberg

Hoy esos 26 soldados de plomo seguirían conquistando el mundo, pero habrían sido previamente obtenidos con una impresora en 3D.

2 comentarios:

  1. Las posibilidades son inimaginables y los problemas también. En impresoras para alimentos, ¿se podrán poner los cabezales en el lavaplatos? ¿O habrá que lavarlos a mano? ¡No se pueden dejar macerar los restos del huevo de la tortilla!

    ResponderEliminar
  2. Por supuesto! está en fase de desarrollo y habrá que tener en cuenta todos los requisitos necesarios para que el producto sea siempre de la calidad deseada.
    Pero vamos, si un día llego a casa con hambre y sin ganas de cocinar y en dos minutos tiene preparado un rico plato, compro se compran los cabezales que haga falta (bromas aparte, supongo que la máquina dispondrá de un sistema de limpieza incorporado o bien los cabezales podrán extraerse para su lavado)

    ResponderEliminar

Procura que tu comentario esté relacionado con esta entrada y no olvides revisar la ortografía. Estás en tu perfecto derecho de comentar anónimamente, pero por favor, escribe con respeto y educación. Los comentarios que incumplan estas normas básicas serán eliminados. Gracias por comentar.