Virus del Papiloma Humano

Creo que todavía hoy en día hay mujeres con un completo desconocimiento de la importancia de realizar citologías. Presentan lesiones cervicales que se podrían haber detectado precozmente, tan solo con la realización de esta prueba. Se acepta que el cáncer de cérvix es una enfermedad de transmisión sexual, producida por el virus del Papiloma humano, cuyas lesiones precoces (o precursoras del cáncer de cérvix), se podrían haber detectado con esta prueba.

Mediante técnicas de biología molecular se ha demostrado la presencia de ADN de VPH en más del 99% de los cánceres de cuello de útero.

Imagen de VPH al microscopio electrónico. Vía www.euskonews.com

En los últimos 30 años se ha observado un notable incremento en la prevalencia de la infección por el virus del papiloma humano (VPH), tanto en sus formas clínicas, manifestadas en forma de condilomas, como en sus formas de expresión subclínica, identificables únicamente por los cambios que aparecen en la citología y/o la colposcopia.

Desde hace más de 50 años, la realización de la técnica de cribado conocida como Citología mediante técnica de Papanicolau, ha producido una reducción importante tanto de la incidencia como de la mortalidad producida por el cáncer de cérvix.

Virus del Papiloma Humano

El virus del papiloma humano (VPH) es un grupo de diversos virus que pertenecen a la familia de los Papillomaviridae y representa una de las infecciones de transmisión sexual más comunes.

Hasta la fecha se conocen más de 100 subtipos que en relación a su capacidad para producir cáncer, se clasifican en tipos de alto y de bajo riesgo oncológico.

Los tipos VPH 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59 y 66 son carcinógenos para los humanos ―tipos de alto riesgo oncológico― y el VPH 6 y el VPH 11, son posibles carcinógenos para los humanos ―tipos de bajo riesgo oncológico―.

Como todos los virus de esta familia, los VPH solo establecen infecciones en el epitelio estratificado de la piel y mucosas. Algunos tipos de VPH pueden causar verrugas o condilomas, mientras otros pueden generar infecciones subclínicas, que pueden dar lugar a cáncer cervical, de vulva, vagina y ano en mujeres, o cáncer de ano y pene en hombres.

La mayor parte de la gente infectada por VPH desconoce que lo está. Todos los VPH se transmiten por contacto piel a piel, de ahí la importancia de la prevención en el contacto sexual.

Detección y prevención

Citología cervicovaginal con tinción de Papanicolau

El preservativo es, a día de hoy, el método más seguro para la prevención de la infección por el VPH, protegiendo en el 70% de los casos. El 30% restante representa a zonas en las cuales no protege el preservativo, como serían las zonas desprotegidas de la piel.

En la detección juega un papel primordial, la realización de citologías para el diagnóstico de lesiones precursoras del cáncer de cérvix. Una vez aparecen este tipo de lesiones, se pueden realizar otras pruebas como la colposcopia o la citología en medio líquido para la detección del virus, si no se había detectado anteriormente (con la tinción de Papanicolau se detectan alteraciones de la células cervicovaginales pero es posible que no se informe de la positividad o no del VPH)

Vacunas frente al VPH

Dos vacunas conocidas como VPH4 (Gardasil) y VPH2 (Cervarix) están aprobadas para su uso en humanos:

Ambas vacunas protegen contra los dos tipos de VPH que causan la mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino (VPH 16 y 18). Otros tipos menos comunes del VPH aún pueden causar cáncer de cuello uterino.

La VPH4 (Gardasil), a su vez, también protege contra otros dos tipos del VPH (VPH 6 y 11) que causan la mayoría de los casos de verrugas genitales en hombres y mujeres.

La vacunación está indicada en mujeres adolescentes antes del inicio de las relaciones sexuales, por lo que se recomienda entre los 15 y los 26 años de edad, a ser posible, antes de los 14 años, y si es preciso, también sirve una vez diagnosticadas lesiones premalignas.