El misterio de los sueños

12 de septiembre de 2014

El cerebro humano, ese gran desconocido cuyo misterioso funcionamiento sigue desconcertando a los investigadores de todo el mundo, ¿cómo y por qué funciona como lo hace?. Ya hemos dedicado algunos posts a curiosas particularidades del cerebro, pero hoy nos centraremos en  los sueños. Los científicos han estado llevando a cabo estudios de sueño desde hace décadas, y todavía no están 100% seguros de su función, o exactamente cómo y por qué soñamos. Sabemos que nuestro ciclo de sueño suele ser más abundante y mejor recordado durante la fase REM (Etapa 5 en la imagen de abajo). También es comúnmente aceptado entre la comunidad científica el hecho de que todos soñamos, aunque la frecuencia en la que se recuerdan los sueños varía de una persona a persona.


La pregunta de si los sueños en realidad tienen una función fisiológica, biológica o psicológica aún no ha sido contestada, pero eso no ha impedido que los científicos sigan investigando y especulando, lo que ha llevado a la creación de varias teorías en cuanto a por qué soñamos. Una de ellas es que los sueños son la manifestación que tiene el cerebro de ordenar toda la información que recoge durante las horas de vigilia, por eso se dice que hay que dormir bien después de un largo día de estudio para estructurar y fijar todos los conocimientos adquiridos. Durante el día, el cerebro recoge cientos de miles, si no millones de entradas de información, algunas son detalles sensoriales de menor importancia como el color de un coche que pasaba mientras caminabas, mientras que otras son mucho más complejas, como la presentación del Proyecto de Fin de Carrera que te hace tener ese permanente nudo en el estómago. Durante el sueño, el cerebro trabaja para organizar toda esta información y decidir qué recordar y qué olvidar. Algunos investigadores consideran que los sueños juegan un papel importante en este proceso y llevan a cabo investigaciones para respaldar la idea de que los sueños están ligados de alguna forma a cómo formamos nuestros recuerdos. 

Ciertas investigaciones indican que a medida que estamos aprendiendo cosas nuevas en nuestras horas de vigilia, la cantidad de sueños que tenemos aumenta cuando dormimos. A la luz de estos estudios, la idea de que usamos nuestros sueños para clasificar y convertir los recuerdos a corto plazo en recuerdos a largo plazo ha ganado algo de impulso en los últimos años.


Otra teoría es que los sueños suelen reflejar nuestras emociones. Ya que mientras dormimos no estamos obligados a concentrarnos en alguna función en concreto, como escribir este post, cocinar o simplemente cruzar la calle sin ser atropellado, durante el sueño las emociones del día a día se ven reflejadas en nuestro ciclo de sueño. Es decir, si tienes en mente una pesada carga durante el día, lo más probable es que sueñes con ella, ya sea específicamente o por medio de imágenes que representan cierto paralelismo. Por ejemplo, si estás preocupado por perder un puesto de trabajo por política de empresa debido a los recortes que trajo la crisis, podrías soñar que eres una persona encogida viviendo en un mundo de gigantes, o que estás vagando sin rumbo por un gran desierto sin un destino a la vista. Aquí es donde entra la interpretación de los sueños: si sueñas que caes desde una gran distancia simboliza ansiedad o inseguridad, intentar correr pero no poder significaría que estás tratando de hacer muchas cosas a la vez, un signo de estrés y no poder salir adelante de una situación... 

La última teoría, la que menos chicha aporta al tema, dice que los sueños realmente no tienen ninguna función en absoluto, que son sólo un subproducto inútil que el cerebro proyecta mientras dormimos. Se sabe que la parte posterior del cerebro registra bastante actividad durante la fase REM del sueño, cuando ocurren la mayoría de sueños. Algunos piensan que simplemente se trata del cerebro desconectando de todo y que los sueños son imágenes aleatorias y sin sentido del cerebro que no tenemos cuando estamos despiertos. 

Este es tan solo un ejemplo de los misterios que esconde el cerebro y que quizás nunca lleguemos averiguar, y vosotros, ¿que teoría os parece más acertada? ¿Soléis acordaros de vuestros sueños? ¿Cuál es el sueño más interesante que habéis tenido?

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