Salvo excepciones, todos los organismos tienen que conseguir que su temperatura corporal se mantenga dentro de unos límites compatibles con la vida sea cual sea el ambiente exterior. Esto se vuelve muy complicado cuando la temperatura baja de los 0ºC, la radiación solar es mínima, el agua potable está atrapada en bloques de hielo y la comida está en esos mismos bloques o refugiada de estas mismas condiciones.
Afortunadamente, cuando la fábrica de la naturaleza lanza nuevos valientes a la jungla del planeta Tierra, les regala tres estrategias para sobrevivir al invierno: a) un diseño morfológico y fisiológico para resistir tal cual son, b) flexibilidad para adaptarse temporalmente a la estación fría, o bien c) buenos motores para hacer las maletas y largarse.
ESTRATEGIA NÚMERO 1: ¡RESISTE Y VENCERÁS!
Como las plantas no se pueden desplazar, ni tiritar para entrar en calor, es en este Reino donde encontramos algunos de los mejores ejemplos de superdiseños para soportar el frío. Muchas son como cojines redondeados, pegados al suelo y con las ramas apretadas. Así pueden retener mejor el agua porque solo una pequeña parte de su superficie queda expuesta. Algunas vienen además con hojas gruesas y protegidas, que hacen de almacén.
La retama del Teide, una superviviente de la alta montaña. |
Bajo un aparente blanco nuclear... |
...se esconde la piel negra del oso polar. |
Y otros animales, ¿como lo hacen? El arsenal de herramientas es amplio. Por ejemplo, muchas aves tienen una glándula uropígea, una minifábrica integrada de aceite dos en uno: impermeabilizante y abrillantador de plumas. Otros, y también algunas plantas, cuentan con un arma secreta: producen anticongelantes, en forma de proteínas, en forma de glicerol o una mezcla de ambas
El zorro ártico está tan bien preparado para el frío que permanece activo incluso a temperaturas de -70ºC |
ESTRATEGIA NÚMERO 2: DUERME COMO UNA MARMOTA
En invierno cada movimiento supone un gasto que no todos los seres vivos pueden permitirse. El problema principal de esta estación no es el frío en sí mismo, sino el hecho de que encontrar comida para reponer fuerzas (y entrar en calor) es muy difícil. Por eso, muchos se quedan en standby todo el invierno, con todo apagado salvo el pilotito rojo.
Aparte de no hacer absolutamente nada, los hibernadores disminuyen su frecuencia cardíaca, su respiración y su temperatura corporal, entrando en un estado de hipotermia controlada. Algunos se quedan tan fríos y duermen tan profundamente que puede parecer que están muertos. Por ejemplo, los erizos de tierra y las marmotas.
La marmota pasa la mitad del año preparando el sueñecito de la otra mitad |
Chotacabras pachacua, el único ave que hiberna. |
También las plantas leñosas detienen su metabolismo. No crecen ni producen ninguna estructura nueva. Los árboles caducifolios pierden sus hojas para protegerlas de la congelación y otras dejan que desaparezca absolutamente toda su parte aérea, conservando vivas sus raíces para resurgir cuando mejoran las condiciones.
ESTRATEGIA NÚMERO 3: BYE BYE BABY
Esta opción queda reservada para los animales más viajeros de la naturaleza, presentes en todos los grupos, desde mamíferos hasta insectos. Para estos aventureros, la única forma de sobrevivir al invierno es gastar todas sus reservas en viajar cientos o miles de kilómetros hasta un lugar más adecuado para encontrar comida y sacar adelante a la descendencia. Sorprendentemente, tanto la ruta como la residencia de invierno es siempre la misma, aunque esa generación no haya estado allí nunca. Llegan siguiendo el sol, las estrellas, las referencias en el terreno... A veces sirven también los olores, los campos electromagnéticos y su propio instinto.
El campeón de las largas distancias es el charrán ártico, con 80.000 Kilómetros de vuelo anual. Este ave de poco más de 30 cm cruza el planeta de arriba a abajo en dos ocasiones al año para vivir en un eterno verano polar: el del hemisferio norte y el del hemisferio sur.
Ruta migratoria del charrán ártico |
Definitivamente, yo no serviría para ser ñu. Más bien prefiero dormitar en mi guarida como un oso polar hasta el equinoccio de primavera. Sin embargo, conozco personas migrantes dispuestas a viajar en busca de climas mejores. Y también conozco auténticos Snowlovers, personas que adoran el frío polar y muy lejos de hibernar, más bien estivan... ¿Y tú? ¿Cómo te las arreglas para sobrevivir al invierno?
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