Tal día como hoy, en la madrugada del 2 al 3 de Diciembre, hace 29 años sucedía en la ciudad india de Bhopal el peor desastre químico de la historia. En la fábrica de pesticidas propiedad de la empresa Union Carbide se producía una fuga de isocianato de Metilo (MIC) de uno de sus tanques de almacenamiento. Este accidente, producto de una cadena de fallos, mostró una escasez de mecanismos de seguridad en la planta, que junto al factor humano dejó un saldo de decenas de miles de muertos (a día de hoy sigue sin saberse una cifra exacta) y medio millón de heridos.
La planta de Bhopal se construyó para abastecer a la creciente actividad agrícola en los años sesenta, en el que, para aumentar el rendimiento de la producción se introducía el empleo de plaguicidas. Su ubicación estratégica le permitía abastecer rápidamente la demanda de la zona y además contribuir al desarrollo tecnológico y económico de la región, de hecho los trabajadores Indios de la Union Carbide llegaron a considerarse como un nuevo estatus social.
La fábrica emplazada en Bhopal se dedicaba a la producción de SEVIN (creado en 1957), un pesticida que se presentaba como la solución a los problemas presentados por su antecesor: DDT (Dicloro Difenil Tricoloetano) un compuesto de elevada toxicidad tanto por ingestión como por contacto.
El SEVIN, además de inocuo en humanos y medio ambiente, presentaba unos bajos costes de producción y era altamente eficaz contra las plagas más comunes; pero tenía una importante desventaja: en su proceso de fabricación se empleaban sustancias muy tóxicas (incluso más que el DDT) como son el fosgeno o el isocianato de metilo (para hacernos una idea, en países como Francia o Alemania estaba prohibido su almacenamiento en tanques mayores a 200 litros, que además debían utilizarse de manera inmediata)
El isocianato de metilo, una sustancia altamente inestable, es un producto intermedio necesario en la producción de SEVIN.
Inicialmente se produce cloruro de metilcarbamilo (MCC) por reacción entre el fosgeno en fase vapor y metilamina (MMA), produciéndose cloruro de hidrógeno.
En una segunda reacción, se produce una pirolisis del MMA para obtener el MIC, que se separa finalmente por destilación:
Como hemos dicho, el MIC era uno de los componentes mayoritarios de SEVIC, por lo que la planta de Bhopal disponía de grandes depósitos de almacenamiento. Estos estaban provistos de un sistema de refrigeración que debían mantener el MIC por debajo de 0ºC, además de disponer de un sistema de lavado de gases para neutralizar las emisiones, y una antorcha para quemar el gas en caso de fuga.
En 1982, un período de sequía arruinó las cosechas de numerosos campesinos, que dejaron de comprar SEVIN provocando que la fábrica de Bhopal perdiera más de la mitad de su producción. Empiezó así un plan de reducción de costes que se inició con la despedida de numerosos empleados, en su gran mayoría técnicos y obreros especializados.
Posteriormente se redujeron los costes de mantenimiento, reduciendo la calidad de los elementos de nueva compra e intentando aprovechar al máximo el tiempo de utilización de los existentes, en claro detrimento de la seguridad de la planta.
La última decisión tomada por la dirección viene en el año 1983, en la que se acuerda que la fábrica permanecería parada y solamente se pondría en funcionamiento cuando existiera demanda. Esta parada de producción suponía cesar el funcionamiento de las unidades de refrigeración de MIC, la torre de lavado y la antorcha de la torre incineradora, dejando situación de riesgo la seguridad de la planta en caso de fuga.
La noche del accidente se estaban realizando tareas de limpieza con la fábrica parada, haciendo circular agua a presión por las conducciones adyacentes a los tanques de MIC. Este agua arrastró a su paso impurezas de las conducciones como cristales de cloruro de sodio y restos metálicos. Durante esta operación al no estar aisladas correctamente las conducciones de entrada a las cisternas, el agua de limpieza se filtró a una cisterna que contenía 42 toneladas de MIC; conectada a ésta habían otras dos cisternas de MIC.
El agua introducida en el depósito junto con los metales arrastrados a su paso, reaccionaron violentamente con el MIC almacenado, aumentando la temperatura y la presión en el depósito. Esta reaccion exotérmica (recordemos que los sistemas de refrigeración se encontraban desactivados) hizo que aumentase la presión en el interior del tanque de tal manera que el gas hizo estallar las válvulas de seguridad.
Y a partir de ahí el desastre: altas columnas de gas sobre la planta y sistemas de seguridad inutilizados.
Además, al aumentar la temperatura, el MIC comienza a descomponerse en otros gases de elevada toxicidad: fosgeno, monoetilamina y ácido cianhídrico, que al presentar una densidad superior a la del aire se fueron desplazando a nivel del suelo.
La lentitud al hacer sonar la alarmas de seguridad de la planta, junto con la escasa formación de los empleados que se encontraban a cargo de la seguridad, unido al desconocimiento tanto de las autoridades como de la población de un plan de evacuación y la desinformación acerca de la naturaleza del escape que hubiese facilitado su tratamiento, no hicieron sino que empeorar las consecuencias del accidente. En un último intento, los trabajadores de la planta intentaron disolver el gas rociando agua, pero las mangueras no tenían la presión suficiente y no lograban alcanzar la columna de gas.
Asimismo, esa noche el viento soplaba en dirección sur, hacia la ciudad de Bhopal, lo que agravaba la situación. Este viento envenenado sobrevoló cerca de 40 km, dejando sin vida todo lo que tocaba a su paso e importantes secuelas que todavía permanecen en la población.
Asimismo, esa noche el viento soplaba en dirección sur, hacia la ciudad de Bhopal, lo que agravaba la situación. Este viento envenenado sobrevoló cerca de 40 km, dejando sin vida todo lo que tocaba a su paso e importantes secuelas que todavía permanecen en la población.
El día después de la tragedia uno de los tanques de almacenamiento seguía conteniendo 35 toneladas de MIC, parecía estable, pero se debía asegurar al 100% la planta y evitar una catástrofe todavía mayor, por lo que se determinó que la única manera de eliminar este MIC era produciendo SEVIN poniendo la planta de nuevo en funcionamiento extremando las medidas de seguridad.
Este accidente, en el que se liberaron un total de 42.000 kilogramos de isocianato de metilo, sirvió para que se endureciesen las normativas de seguridad química y medioambiental en numerosos países. Sin embargo a día de hoy, tristemente las víctimas de la tragedia siguen esperando justicia, pues solamente 7 directivos responsables del desastre fueron condenados a dos años de cárcel y a 9000 Euros de indemnización a la delegación india.
Tras el accidente, se procedió al desmantelamiento de la planta, dejando tras de si grandes cantidades de sustancias peligrosas y un medio contaminado que todavía hoy causa daños.
Este accidente, en el que se liberaron un total de 42.000 kilogramos de isocianato de metilo, sirvió para que se endureciesen las normativas de seguridad química y medioambiental en numerosos países. Sin embargo a día de hoy, tristemente las víctimas de la tragedia siguen esperando justicia, pues solamente 7 directivos responsables del desastre fueron condenados a dos años de cárcel y a 9000 Euros de indemnización a la delegación india.
Tras el accidente, se procedió al desmantelamiento de la planta, dejando tras de si grandes cantidades de sustancias peligrosas y un medio contaminado que todavía hoy causa daños.
Os dejo un video muy interesante que elaboró National Geographic sobre este accidente industrial:
Si después esto os ha picado la curiosidad y queréis saber más sobre este accidente industrial, a modo de novela (muy muy muy recomendable) encontramos “Era medianoche en Bhopal” de Dominique Lapierre, libro que narra a través de la historia de una familia el antes, durante y después de este trágico accidente, entremezclando historias humanas con la ciencia que causó el desastre.
“Aquellos que no pueden aprender de su pasado, están condenados a repetirlo”
- Jorge Santayana-
Una prueba mas de que no podemos comportarbos como si fueramos dueños de la naturaleza... Q desastre. Me ha gustado mucho, leere el libro.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, además creo que es un claro ejemplo de cómo debemos aprender de nuestros errores. Me fascina la seguridad industrial, y aunque es una disciplina muy compleja, en algunos casos las medidas a tomar son tan sencillas que duele mucho ver las consecuencias de un desastre como este.
ResponderEliminarMe alegroque te haya gustado! El libro es muy recomendable, en cuanto tengas ocasión te aconsejo leerlo.
Me encanto el articulo , muy interesante para aprender de los errores.
ResponderEliminar*busca la definición de bizarro te llevaras una sorpresa, dudo que la uses pensando lo que en realidad significa
Muchas gracias por tu comentario!
ResponderEliminarEstas cosas nada más que deben servirnos como ejemplo, casos como este no deberían volver a pasar.
Bizarro o valiente, sin miedo a publicar todo lo que veamos interesante, a meternos de lleno en el apasionante mundo de la ciencia. Espero haber contestado a tu pregunta.
Un saludo!