Biología Molecular del Cáncer de mama

15 de noviembre de 2013

Desde hace más de cuarenta años, y hasta hace relativamente poco tiempo, el manejo del cáncer de mama se ha basado fundamentalmente en el conocimiento de dos factores puramente pronósticos (el tamaño y el estado ganglionar de la axila) y uno mixto, pronóstico y predictivo, los receptores hormonales de estrógenos y progesterona.

Sin embargo, con el desarrollo de la Biología Molecular y los estudios del genoma humano, se ha generado gran cantidad de información relativa a las bases que pueden determinar el pronóstico de la enfermedad e incluso el tipo de tratamiento más adecuado en función de cada tipo de tumor.


TERAPIAS DIRIGIDAS CONTRA EL CÁNCER DE MAMA.

Las terapias dirigidas contra el cáncer son fármacos u otras sustancias que bloquean el crecimiento y la diseminación del cáncer debido a que interfieren con moléculas específicas, conocidas como “blancos moleculares”, implicadas en el crecimiento y el avance de tumores.

Debido a que estas terapias están orientadas a cambios moleculares y/o celulares específicos del cáncer, es posible que las terapias sean más efectivas que otros tratamientos, como la quimioterapia y la radioterapia, y menos dañinas para las células sanas.

RECEPTORES HORMONALES DE ESTRÓGENOS Y PROGESTERONA.

El primer blanco molecular de terapia dirigida contra el cáncer de mama fue el receptor celular del Estrógeno, la hormona sexual femenina, que muchos cánceres de mama necesitan para poder desarrollarse. Cuando ésta se une al receptor, se produce su migración al núcleo de la célula y la unión a ciertos dominios del ADN en donde se transcriben genes diana y se expresan, como consecuencia, determinadas proteínas que darán lugar al crecimiento y la proliferación de la célula. Lo mismo ocurre en el caso de los receptores de Progesterona.

Estructura molecular tridimensional del receptor de Estrógenos
La investigación ha indicado que un método efectivo de tratamiento es aquel en el cual se interfiere con la capacidad del estrógeno y/o de la progesterona para estimular el crecimiento de las células cancerosas que tienen dichos receptores. No obstante, debido a mutaciones, es posible encontrarnos distintas variantes tumorales que carecen de estos receptores.

CLASIFICACIÓN MOLECULAR DEL CÁNCER DE MAMA.

Aunque la existencia de los receptores de estrógenos y progesterona en el tejido mamario normal y tumoral se conoce desde la década de los 60, no es hasta 25 años más tarde, cuando se puede hablar más estrictamente del inicio de la era de la Biología Molecular en el cáncer de mama. Si bien se podría pensar que la demora es muy grande, esto se ha visto ampliamente compensado con los grandes acontecimientos y avances que han tenido lugar desde entonces.

Sin embargo, pese los innegables logros que han tenido lugar durante las últimas 2-3 décadas, gracias a la aplicación de la Biología Molecular al estudio del cáncer de mama, no es menos cierto que ésta ha sido incapaz de mejorar sustancialmente la capacidad pronóstica de los factores clásicos, tales como el tamaño tumoral y la afectación ganglionar. Es también cierto que la identificación y el estudio de cada vez más y más genes involucrados en la activación de la célula tumoral mamaria han permitido ir explorando amplios territorios de la compleja biología de este cáncer.

Tipo Basal:

Las características principales que definen este tipo de cáncer de mama, es la ausencia de receptores hormonales de Estrógenos y Progesterona, mutaciones del gen oncosupresor p53 (los genes supresores de tumores se encuentran en las células normales y normalmente inhiben la proliferación celular excesiva) y mutaciones en la expresión de genes relacionados con la proliferación celular. Esto último se traduce en sobreexpresión del receptor de crecimiento epidérmico (EGFr), un receptor implicado en la activación de una vía de proliferación celular.

Es el subtipo de peor pronóstico, de mayor agresividad, a pesar de lo cual presenta una excelente respuesta al tratamiento quimioterápico. No es posible la utilización de terapias dirigidas, como es el caso de la terapia hormonal, dado que carece de receptores hormonales.

Tipo Luminal A y B:

Son los de mejor pronóstico. Se caracterizan por la expresión de receptores hormonales de Estrógenos y de Progesterona, no expresan c-erb‐B2 (otro gen implicado en el crecimiento y proliferación celular).

El subtipo A presenta mejor pronóstico que el Subtipo B, debido a que este último, presenta menor cantidad de receptores hormonales, lo cual implica que el tratamiento es más controvertido, mientras que en el Luminal A puede utilizarse hormonoterapia.

Tipo HER-2:

Este tipo se caracteriza porque sí expresa c-erb-B2, pero no expresa receptores hormonales, con lo cual presentarían un pronóstico intermedio entre los dos tipos anteriores.

IMPLICACIONES DE LA BIOLOGÍA MOLECULAR

Como vemos, la identificación de las moléculas implicadas en el cáncer de mama, la expresión o no de ciertos receptores, la mutación de diversos genes, y el conocimiento de todo esto en su conjunto, ha constituido una herramienta de gran importancia para el manejo del cáncer de mama, pudiendo ofrecer a nuestras pacientes terapias orientadas a las características del tumor.

Los grandes avances en biología molecular, han permitido establecer un pronóstico de la enfermedad, independientemente de la existencia de afectación axilar (con esta expresión nos referimos a la identificación de ganglios axilares afectados por el tumor al realizar su extirpación durante la cirugía del cáncer de mama) y del tamaño del mismo.

Además, ha permitido identificar mutaciones relacionadas con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama, como es el caso del BRCA 1-2, pues recordemos, como ya se comentó en un post de nuestro Blog, el caso de una famosa actriz que se había sometido a una mastectomía profiláctica al ser portadora de una mutación que está relacionada con tumores de mama de alto riesgo y mal pronóstico.

Queda mucho por hacer en este amplio campo de la ciencia, pues muchas enfermedades, principalmente tumores, pueden beneficiarse de cualquier estudio que permita lograr terapias más efectivas y lograr de este modo, mejorar la supervivencia de estos pacientes, así como mejorar la calidad de vida, ya que sería posible lograr tratamientos que mejor se adaptasen a cada uno de los enfermos.

1 comentario:

  1. Gracias Paula por tu aporte ya que nos acerca a entender un poco más la biología del cáncer de mama. Hace poco inicié un blog que trata sobre ciencia y salud. Se los dejo por si interesa.
    https://eduardosetti.wordpress.com

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