Radiación ultravioleta y su importancia en verano

En pleno verano como nos encontramos (ingenuos aquellos que decían que este año no iba a llegar), basta con mirar a nuestro alrededor para ver cómo la gente, y tal vez hasta nosotros mismos, estamos deseosos de alcanzar ese bronceado que tan bien parece que nos sienta, o nos hace sentir. En el extremo de esta avidez de rayos de sol se encuentran aquellos que semejan auténticos langostinos tras la exposición al sol, solo por pensar que cuanta menos protección, o cuantas más horas pasen abrasándose en la playa, antes logran su objetivo. Y no debemos olvidar tampoco, a aquellos que desean un bronceado, más o menos natural, durante todo el año y se convierten en asiduos a los centros de belleza para la utilización de camas bronceadoras que utilizar fuentes artificiales de radiación ultravioleta. Esto es una gran equivocación, y lo más importante, un gran riesgo para la salud.

RADIACIÓN ULTRAVIOLETA

La Radiación Ultravioleta (Radiación UV), forma parte del espectro de los rayos solares, y es aquella cuya longitud de onda está entre los 400 y los 15 nm.

La mayor parte de la radiación ultravioleta que llega a la superficie de la tierra los hace en las formas UV-A, UV-B y UV-C. La más importante es la UV-A, dado que es absorbida por la atmósfera. Por su parte, UV-B se absorbe parcialmente por el ozono, llegando en mínima cantidad a la tierra, a pesar de lo cual puede generar daño en la piel. UV-C, sin embargo, no llega a la tierra dado que el oxígeno y el ozono de la atmósfera lo absorben en su totalidad.

¿QUÉ MODIFICA LA INTENSIDAD DE LOS RAYOS ULTRAVIOLETA?

La intensidad de este tipo de radiación se ve influida por diversos factores que debemos conocer.

-La Elevación del Sol: Se considera que cuanto mas alto está el sol, mayor es la intensidad. La mayor verticalidad con la que inciden los rayos solares (y por consiguiente los rayos ultravioleta) sobre la superficie terrestre, implica una intensidad mayor. Es por ello que en las horas centrales del dia (aproximadamente de 12 a 16 horas), el riesgo es mucho mayor y se debe evitar la exposión directa al sol, y menos si no se utiliza protección solar adecuada.
-La Latitud: las regiones mas cercanas al ecuador son aquellas con niveles mayores de radiación ultravioleta.
-La Altitud: según datos de la OMS: por cada 100 metros en altura, la intensidad de las radiaciones se incrementa un 5%.
-La intensidad, como bien todos podemos suponer, es mayor cuando el cielo está despejado, que cuando está nublado. Esto es totalmente cierto, sí, pero el hecho de que esté nublado no significa que la radiación no pueda ser intensa. ¿A quien no le ha ocurrido ir a la playa o la montaña un día nublado (no encapotado, todo hay que decirlo), y volver con los hombros rojos o la cara colorada?. Pues esto es muy importante, dado que bajamos la guardia esos días y continuamos estando en riesgo.
-El tipo de Superficie en la que se reflejan los rayos solares también es importante. El césped, el agua y la tierra, reflejan menos del 10%; la nieve hasta el 80% (importante protegerse al ir a esquiar); la arena seca el 15% y la espuma del mar el 25%.

RIESGOS DE LA RADIACIÓN ULTRAVIOLETA

Con las radiaciones ultravioleta ocurre como con la intensa mayoría de las cosas en esta vida: en poca cantidad es genial para nosotros, pero los excesos nos pueden pasar factura.

En pequeña cantidad, la exposición a la radiación ultravioleta es beneficiosa, dado que favorece la producción de Vitamina D, una proteína implicada en el metabolismo del calcio. Sin embargo, en dosis elevadas, como ocurre con la exposición desmesurada e inconsciente, puede generar envejecimiento acelerado, quemaduras solares, cataratas y otras lesiones oculares como inflamación conjuntival o a nivel de la córnea, alteración del sistema inmunitario (¿A alguien le ha salido un Herpes Labial tras estar mucho tiempo al sol?), y lo más importante, Cáncer de piel.

La radiación ultravioleta es altamente mutagénica, provocando lesiones en el ADN, de ahí la importancia de protegerse frente a la misma.

LESIONES CUTÁNEAS.

Entre las lesiones que se pueden producir destacamos, de modo muy breve:

Fotoenvejecimiento: Aparición de manchas en la piel, con pérdida de firmeza de la misma y aparición de arrugas de manera muy precoz (tan temido por muchas de nosotras)

Carcinoma Basocelular: Cáncer de evolución lenta que es muy frente en gente anciana que ha trabajado durante muchos años en la agricultura, por ejemplo, con la exposición durante mucho tiempo al sol.

Carcinoma Espinocelular: Es otro de los tipos de cáncer maligno de piel, por detrás del Melanoma, que crece de modo más lento y que puede generar la muerte, pero con menor frecuencia que el melanoma.

MELANOMA: Cáncer maligno de la piel que se ha relacionado principalmente con la exposición solar, y que es potencialmente mortal.

Carcinoma Basocelular- Melanoma
Carcinoma Espinocelular- Fotoenvejecimiento

Con gran frecuencia el Melanoma se presenta como alteración en el color, la consistencia o el tamaño de un lunar. Lo más importante que debemos recordar se resume en “ABCDE”:

•Asimetría: el contorno de una mitad no es igual al otro.
•Bordes: los bordes son desiguales, borrosos o irregulares.
•Color: el color es disparejo y puede incluir tonalidades negras, cafés y canela.
•Diámetro: hay cambios en el tamaño, generalmente se vuelven más grandes.
•Evolución: cualquier cambio en el lunar en las últimas semanas o meses.

Esto es solo una pequeña ayuda para ponernos en alerta ante cualquier lesión que tengamos en la piel que tenga dichas características

PROTEJÁMONOS DEL SOL

En verano todos somos asaltados por numerosos anuncios comerciales de innumerables lociones, cremas, geles, aceites de protección solar, todos (o por lo menos, la gran mayoría), con protección frente a los rayos UV-A y UV-B. Dichos productos contienen ingredientes que absorben, bloquean y/o dispersan los rayos ultravioleta del Sol (UV), tales como el Dióxido de Titanio, Octinaxato u Octisalato.

Algunos consejos serían:

-Evitar el tiempo de exposición a las horas en las que el sol está más alto (vertical), como bien hemos dicho.
-Utilizar gafas homologadas como protección frente a UV-A y UV-B, para evitar las lesiones oculares.
-En aquellas zonas del cuerpo expuestas al sol, se debe utilizar un filtro solar de amplio espectro con factor de protección solar (FPS) de mínimo 30 en verano, cuando el índice de radiación es máximo (en pieles claras, los expertos recomiendan hasta FPS 50).
-Una vez abramos un fotoprotector, este pierde poco a poco cualidades, por lo que se recomienda no utilizar los productos solares de años anteriores.
-La OMS recomienda prohibir el uso de camas bronceadores en menores de 18 años, considerando que la utilización de estos aparatos en menores de 35 años, incrementa hasta un 75% el riesgo de melanoma maligno.
-Si tenemos algún lunar, peca o mancha que cambia de tamaño, color o forma, consultar con el dermatólogo.
-Estar bien hidratados: es fantástico tanto para la piel como para el resto del organismo evitando una posible deshidratación.
-Proteger a los bebes y a los niños pequeños, con prendas de algodón que les protejan del sol y fotoprotectores de FPS elevado.

Después de todo esto, lo más importante es tener claro que la piel bronceada nos aporta un aspecto mucho más saludable, pues todos pensamos, “vaya, que buena cara tengo en verano con este colorcito”. Sin embargo, en su justa medida, es magnífico para nosotros, pero si tomamos el sol de manera descontrolada y sin protección (o no la adecuada), estamos poniendo en riesgo nuestra salud.

Nos queda mucho verano por delante para disfrutar de la playa y la piscina, pero ante todo, cuidémonos.