TREEPODS: interesantes árboles artificiales

La conciencia de los estadounidenses ha hecho que cada vez promuevan más iniciativas para encauzar sus emisiones de CO2 a la atmósfera. En el contexto de una competición urbanística sostenible llamada SHIFT Boston, se ha presentado un concepto de árbol artificial llamado TREEPOD; unos árboles multidisciplinares que además de remover el CO2 y transformarlo en oxígeno, estarán provistos de paneles solares y hechos de plástico reciclado, incluirán un balancín en la base y servirán como luminaria urbana. Los diseñadores de la empresa Influx Studio han presentado este innovador concepto, inspirados por una tecnología desarrollada por investigadores en la Universidad de Columbia. 

¿Momento Eureka o idea feliz?

Los investigadores de Columbia pensaron que sería mucho más fácil eliminar el CO2 del aire que construir aviones o coches sin emisiones. Pensaron en que los árboles son como fábricas biológicas, que filtran y limpian el aire naturalmente utilizando su propia respiración para transformar el CO2 en O2. Pensaron que en el mundo de hoy día es imposible creer que la madre naturaleza nos va a salvar y, sobretodo, que las personas van a ser capaces de cambiar sus hábitos y estilos de vida. 

La idea de estos investigadores es la de utilizar esponjas de CO2 que simulen el comportamiento de las hojas de los árboles; materiales que se basarían en resinas alcalinas altamente porosas con una gran área superficial, que enlazan el CO2 químicamente. Su idea para los árboles es la de crear un diseño similar a los depuradores de CO2, utilizados a nivel industrial, pero lo suficientemente pequeños como para que quepan en contenedores para su distribución. La tecnología funciona en tres etapas:

1) Adsorción de CO2: El aire entra por un sistema de carruseles cargados de filtros y  adsorbente químico.
2) Desorción de CO2: Cuando los filtros quedan saturados, descienden a una cámara de vacío y son lavados con vapor de agua. El vacío reduce la energía necesaria para la desorción química y el agua elimina el CO2 ligeramente ligado al adsorbente.
3) Recuperación de CO2: Los filtros vuelven al carrusel totalmente limpios, el vapor de agua es fácilmente separado del CO2 al enfriarse, y el CO2 es comprimido y bombeado para su almacenamiento.

La parte del almacenamiento de CO2 es otro reto científico a superar (y otro post en Ciencia Bizarra), pero un esquemático de la tecnología sería:

Imagen cortesía de National Geographic

¿Del laboratorio a la ciudad?

Los diseñadores de los TREEPODs leyeron esta idea en la sección 'The Big Idea' de la National Geographic 'Scrubbing the skies' y se basaron en el mismo principio de funcionamiento, pero con el objetivo final de hacerla formar parte del ‘mobiliario urbano’ y mimetizarla con la ciudad. El diseño no sólo está inspirado en los árboles, sino en los propios pulmones humanos, con ramificaciones similares a los bronquios y bronquiolos que proporcionan múltiples puntos que actuarán como filtros de CO2. Además, estarán hechos enteramente de plástico reciclado de botellas PET.

Para ‘adornarlos’ un poco más, los árboles estarán provistos de paneles fotovoltaicos, y explotarán la energía cinética creada mediante un balancín colocado en la base que todos los visitantes podrán utilizar. Tanto los paneles como el balancín proporcionaran la energía necesaria para la iluminación del árbol y los propios procesos de filtración. 

La ciencia es colaboración, pero acercarla a la realidad es un proceso que va más allá. El concepto TREEPODs es el resultado de una alianza empresa-universidad, una alianza para acercar la ciencia al uso de todos. El equipo espera que estos árboles sean un ejemplo de diseño y energía sostenible urbana y que se promuevan más iniciativas de este tipo. ¡Y yo también!