Aunque su nombre confunda, la falla Alpina no se encuentra en los Alpes, sino en la Isla Sur de Nueva Zelanda. Es una falla principalmente de salto en dirección, es decir, que las placas que separa se mueven en sentido horizontal, aunque debido al complejo contexto geológico también hay un poco de convergencia entre ambas placas, y al empujarse la una a la otra en sentido opuesto forman en esa colisión la cordillera de los Alpes del Sur.
Esta falla tiene unas dimensiones de aproximadamente 650 kilómetros de longitud y se mueve unos 30 metros por cada mil años en el plano horizontal, pero en la vertical, concretamente en los últimos 12 millones de años, los Alpes del Sur han experimentado un levantamiento de hasta 20 kilómetros en total, solo que la erosión es tan rápida que mantiene su altura por debajo de los 4000 metros. Este gran levantamiento en la vertical nos permite estudiar rocas profundas de la corteza que de otra manera serían inaccesibles.
En los últimos 900 años la falla ha sufrido cuatro procesos de ruptura, provocando en cada uno de ellos un terremoto de magnitud alrededor de 8, y por lo tanto es una falla que debe de estudiarse para evitar daños serios a las comunidades cercanas, ya que los científicos estiman un 30% de probabilidades de que en los próximos 50 años ocurra un terremoto de esta magnitud.
Ya han comenzado a perforar el sondeo con el que pretenden llegar a los 1300 metros de profundidad. Imagen: Nicolás Barth. |
Por ello, un equipo internacional de científicos va a hacer un sondeo vertical que llegue a una profundidad de 1.3 kilómetros para atravesar el plano de falla y realizar medidas de presión, temperatura, condiciones químicas y detectar pequeños terremotos que podrían pasar desapercibidos por las redes sísmicas para comprender mejor los procesos relacionados con la ocurrencia de grandes terremotos en la falla.
Además, sería la primera vez que se comienza un estudio de este tipo antes de que ocurra un gran terremoto, a diferencia de otras fallas que han sido investigadas también con este método, pero siempre a posteriori, evitando así la captura de posibles señales precursoras, como cambios en la presión o en la geoquímica del agua.
Wow!
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