En el otro lado del mundo, un montón de gente lucha contra una pandemia terrible, que peta los telediarios día sí y día también... el dichoso ébola.
Y en este punto te preguntarás, ¿qué tiene que ver Halloween con el ébola? Pues paradójicamente, tanto en la fiesta como en la enfermedad, hay un protagonista común: los murciélagos. Todos los expertos están de acuerdo en que el reservorio del Ebolavirus se encuentra en varias especies de este mamífero nocturno, que habitan en África occidental. Así que si estos pequeños voladores mueren y son comidos por otros mamíferos, o bien son cazados por seres humanos, el virus tiene vía libre para hacer de las suyas y multiplicarse.
Pero en este artículo no vamos a hablar del Ébolavirus, sino de murciélagos. Por si algún día el miedo volviera a la Humanidad todavía más loca, y escucháramos que "hay que matar a todas esas ratas voladoras". Mi intención es que después de este post, tengas algunas respuestas en la manga...
La verdad sobre los vampiros
Los murciélagos o quirópteros son uno de los grupos de fauna más intrigantes que existen, siempre ligados a historias de brujas, noches tenebrosas, monstruos, vampiros... Vampiros = Murciélagos hematófogos, hechos por la madre naturaleza para alimentarse de sangre de otros animales. Aprovechan cuando estas duermen para morder, previo anestésico local. El vampiro común, empieza con esta dieta desde los 3 meses de vida, atacando a presas de hasta 10.000 veces su tamaño. Y si llegan a la guarida y otros se han quedado con hambre, atención, regurgitan parte de lo que han comido para que otros se queden igualmente con la barriguita llena. Nada más lejos de la imagen típica del vampiro cruel y desalmado, ¿no te parece?
El vampiro común es uno de los pocos murciélagos que puede caminar sobre sus patas de atrás. La mayoría de las especies tienen estas extremidades tan flojuchas que no pueden sostener el peso de su cuerpo sobre ellas. Están hechos para volar: sus patas de alante son verdaderas obras de ingeniería, cuyo único fallo es que no funcionan bajo la lluvia. Tienen cinco dedos, todos unidos por membranas salvo el pulgar, que está libre y suele ser largo. Especialmente en las especies que comen frutos. ¿Para qué? Pues imagínate como sería comerte una manzana sin manos... A ver como te las arreglas.
Menú del día: la naturaleza.
En general, son seres voraces. Los que se alimentan de bichos, por ejemplo, pueden llegar a comerse hasta doce en una sola noche. ¡Ah! No lo he dicho: los murciélagos forman parte de esa guardia nocturna de la naturaleza. Durante el día, se cuelgan del revés con esas patas enclenques, que acaban en unos pies con cinco dedos pero transformados en garras, capaces de cogerse a cualquier sitio y permanecer así durante todo el día.
Hemos hablado de murciélagos chupasangres, frugívoros e insectívoros, pero también los hay que comen otros vertebrados, incluso otras especies de murciélagos. En general, si dibujamos a un ejemplar estándar, haremos un bicho alado y negro no mayor que nuestra mano. Pero los hay que tienen hasta dos metros de envergadura. Son macromurciélagos, comúnmente llamados zorros voladores (si te fijas en la cara del de la foto, entenderás inmediatamente por qué).
Los murciélagos pueden ver el sonido
A pesar de su aspecto de depredadores, a veces son depredados. Por ejemplo, un murciélago despistado puede caer en las redes tejidas por una araña más lista. Sin embargo, para la mayoría de las especies de quirópteros esto es algo poco probable, porque cuentan con un perfecto sistema que les permite ver el sonido que emiten en una frecuencia fuera de la franja audible por el ser humano. Sobre la marcha, el medio les devuelve ecos diferentes según los obstáculos que encuentre ese sonido por el camino. Así, muchas especies serían capaces de detectar hasta un pelo en la trayectoria de su vuelo. Esta ventaja evolutiva se llama ecolocación, y contrariamente a lo que se suele pensar, no es una alternativa a la visión, sino un complemento. La mayoría de los murciélagos ven perfectamente. Pero esto no es suficiente a la hora de volar en total oscuridad entre árboles y montañas, o dentro de las cuevas. Y menos aún si tienen que cazar. Normalmente, estos "gritos" van en sincronía con la respiración y el aleteo para economizar energías, pero una vez detectan a su presa aumentan la frecuencia para capturarla con precisión.
Además de que, en general, no son precisamente guapos, los murciélagos portan enfermedades y las transmiten a otros animales. Estas enfermedades están causadas por otros seres vivos microscópicos que, nos guste o no, simplemente hacen su vida según el mandato de su material genético, manteniendo el delicado equilibrio de la Biosfera. Una Biosfera que no entiende de propietarios ni de fronteras, y de la que aún tenemos mucho que aprender.
La ecolocación, o la forma en que estos mamíferos voladores han modificado sus brazos y manos para poder volar como los pájaros, son adaptaciones que a mi me dejan con la boca abierta y hacen que sienta el mayor de los respetos por estos animales. ¡Qué diferente sería la vida de una persona ciega si pudiera ver el sonido! ¿Lograremos algún día entender este sistema lo suficiente como para poder copiarlo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura que tu comentario esté relacionado con esta entrada y no olvides revisar la ortografía. Estás en tu perfecto derecho de comentar anónimamente, pero por favor, escribe con respeto y educación. Los comentarios que incumplan estas normas básicas serán eliminados. Gracias por comentar.