Megaconstrucciones, construcciones grandiosas que se construyen como signo de la grandeza y poder de una ciudad, que se convierten en estímulo para otras en un afán de superación por conseguir el edificio más original, el más alto, con formas inesperadas, nuevos materiales…
En estos proyectos intervienen prestigiosos estudios de arquitectura, innumerables recursos que deben de ser organizados adecuadamente para la correcta consecución del proyecto, e infinitos aspectos a tener en cuenta para el éxito del proyecto. En muchos casos el faraónico proyecto resulta en un bellísimo edificio, en otros, las partes involucradas se echan las manos a la cabeza al ver cómo algún aspecto se ha dejado pasar.
Rayos de luz cegadora, huevos fritos que se cocinan sobre superficies de edificios en plena calle, coches derretidos… todos consecuencias de diseños de edificios que no tuvieron en cuenta el fenómeno de la reflexión.
Aquí veremos como este fenómeno sigue dando guerra en los diseños de los siguientes edificios:
- Edificio “Walkie Talkie” (Londres): Si por alguna casualidad, viajáis a Londres y alquiláis un coche, aparte de tener en cuenta que allí se conduce por el otro carril, guardaros de dejar el coche cerca del famoso edificio diseñado por Rafael Viñoly conocido como Walkie Talkie.
Este edificio que se va ensanchando conforme aumenta de altura, sorprendió en un principio con su original forma cóncava, para posteriormente hacerlo por su inquietante propiedad de derretir objetos.
La razón para tales consecuencias es que el arquitecto obvió en la etapa de diseño las consecuencias que podría tener en él la reflexión. La curvatura del precioso edificio actúa como un espejo de gran tamaño y con forma cóncava que concentra los rayos solares en los objetos circundantes.
- Auditorio Walt Disney (Los Ángeles): su superficie de acero inoxidable con forma parabólica provocó deslumbramientos y sobrecalentamientos en zonas cercanas. El problema se solventó lijando algunas superficies para reducir el reflejo.
- Museum Tower (Dallas): diseñada como edificio residencial, esta torre con fachada de vidrio, está dando verdaderos quebraderos de cabeza a los edificios colindantes. Su peculiar superficie provoca la condensación de los rayos solares, provocando quemaduras en los jardines de sus edificios vecinos. Además, se da el caso de que uno de ellos, el Nasher Center, expone cuadros de Rodin bajo un tejado acristalado que permite observar los cuadros bajo luz natural, pero no bajo la concertación de la luz del sol provocado por el edificio vecino.
Estos son claros ejemplos de que olvidar lecciones aprendidas, incluso aquellas que se nos dan desde joven como es la reflexión en los objetos, pueden traer consecuencias inesperadas.
Así que ya sabéis, si alguna vez paseáis frente a estos edificios y notáis un calor inesperado, no miréis hacia arriba y encaminaros hacia la sombra más cercana.
El articulo es muy interesante, y quisiera saber cuales son las posibles soluciones que se le podría dar a estos casos.
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