El descenso a la vida

25 de julio de 2014

Realmente en estas calurosas mañanas de verano, estando una servidora de vacaciones, ocurrencias sobre qué escribir son pocas, pero reconozco que la idea de este post me surgió hace no mucho, mitigando la pesadez de horas de autobús para llegar a mi casa.

Creo que por la cercanía a mi profesión, el monólogo de El Club de la Comedia que estaba viendo por el móvil, me hizo mucha gracia, pues la siguiente frase de Ana Morgade , creo que describe bastante bien todo lo que va a tratar de describir la monologuista a continuación:
“El milagro de la vida….¿No habéis visto ninguno?, Ahorráoslo”

Os voy a invitar a que veáis el monólogo ahora, para que tumbados al sol, disfrutando de la playa o tan solo tirados en el sofá (aprovechad aquellos que podáis), os saque al menos una sonrisa.


¡Y es que tiene toda la razón! ¡Mira que la naturaleza lo hizo complicado con nosotras! El recién nacido, para poder llamarlo así, ha tenido que pasar por un camino de lo mas estrecho, que por corto que parezca a simple vista, se vuelve eterno para ellos, seguro.

Cuando en el momento del parto los futuros papás se desesperan, siempre intento explicarles que el bebé tiene que “bajar” por cuatro escalones, lo que en terminología obstétrica, se conocen como Planos de Hodge. Se podrían definir como cuatro líneas imaginarias trazadas a lo largo de las diferentes improntas de la pelvis ósea femenina, que no hacen más que indicarnos “por donde va el bebé”, en su descenso hacia el mundo.

- El primer plano coincide con el estrecho superior. Cuando el polo fetal llega a este
plano, la presentación esta móvil, es decir, “no está encajada”, todavía no a entrado en el auténtico canal del parto

-El segundo plano, pasa por el borde inferior del pubis hasta la segunda vértebra del sacro. Cuando la presentación lo alcanza esta fija.

- El tercer plano, pasa por las espinas ciáticas. Cuando la presentación llega a este plano se considerará encajada.

- El cuarto plano, se extiende desde el extremo inferior del cóccix no retropulsado. La presentación estará profundamente encajada.

El bebé tiene que ir adaptando su cabeza (¡cuidado con los cabezones!), a las diferentes estrecheces de la pelvis, a los diámetros de la misma. Es por ello, que ciertas posiciones de la cabeza fetal no permiten que avance a través del canal del parto, porque los diámetros son mayores que los diámetros de la pelvis.

¿Y cómo podemos saber los obstetras si el bebé está en una posición adecuada o no?

Pues nosotros tratamos de determinar, con la exploración, demás de en qué plano se encuentra, cuales son las fontanelas y las suturas de la cabeza fetal que estamos tocando, así como si están en anterior o posterior. Muy brevemente os lo voy a explicar.

El cráneo del bebé está formado por seis huesos craneales que se encuentran unidos por tejidos fibrosos, fuertes y elásticos conocidos como suturas. Los espacios entre los huesos donde están las suturas, puntos blandos y depresibles, se denominan fontanelas y forman parte del desarrollo normal. Los huesos permanecen separados durante los primeros 12-18 meses de vida, para posteriormente fusionarse como parte del crecimiento y permanecer fusionados durante toda la vida adulta.

Generalmente hay dos fontanelas principales:

Fontanela posterior u Occipucio: en la parte posterior de la mitad de la cabeza del feto. Lo normal, y la posición más adecuada para el descenso adecuado en la pelvis, es que el feto esté "mirando hacia abajo", con lo cual, estando la paciente acostada, nosotros tocaríamos esta sutura en la parte superior del canal.

- Fontanela anterior o Bregma: en la parte superior de la mitad de la cabeza. Si tocáramos esta fontanela en la parte superior, lo que nos indicaría es que el feto está "mirando hacia arriba", lo cual dificultaría mucho el descenso y en ocasiones lo impediría por la presencia de otro obstáculo más, que en este caso sería la nariz.


Estas fontanelas y suturas son las que van a permitir que, gracias a la flexibilidad de las mismas, los huesos de la cabeza fetal se vayan acabalgando, adaptándose al canal de parto. Si esto no fuera así, sería imposible que la cabeza del feto pasara a través de la pelvis.

Y es que sería, como dice la monologuista, mucho mas fácil que nos hubieran diseñado una especie de puerta de salida para el momento del parto, pues nacer, en realidad, se convierte en algo muy complicado. No obstante siempre hay maneras de conseguir que todos los fetos vean la luz, pues si no se puede de la manera mas natural, siempre encontraremos los obstetras otra vía de salida como es la cesárea. Pero eso ya es otro tema.

Como veis, hasta el momento del parto se convierte en un mundo a parte en esto del “milagro de la vida” (como hemos comenzado nombrando en este post). Pero, como yo les digo a mis pacientes y sus parejas, el esfuerzo vale siempre la pena.

Seguid disfrutando del verano y, como siempre, de la ciencia.

1 comentario:

  1. Me encanto este articulo la explicacion y la claridad, me sirve muchísimo porque estoy estudiando enfermería gracias.

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