— ¿Por qué no me coges el teléfono?
— (Mueca de fastidio) Lo acabo de coger, ¿o no?
— (Recriminando) Sí, pero has tardado.
— Jaja, no me puedo teletransportar. Aún.
— (Silencio de reproche) Siempre haces igual.
— Sí, ya me conoces, pero bueno... (Cambiando de tema). ¿Sabes a quién he visto hoy?
— ¿A quién?
— A la pequeña gata blanquinaranja. Ya parece que nos conoce. Es salir del coche y ya está ahí. Maullando. No sé de dónde sale.
![]() |
Gata blanquinaranja alimentándose de sardinas ricas en Omega-3. Fuente: Marco Acevedo. |