Una copa de vino, por favor

Tal vez con este título la gente piense que quiero promocionar este producto que por bueno y sano se merece unas palabras en nuestro blog. Y no es porque sea una gran amante del vino (que en realidad, me aventuro a afirmar, que a quien más y a quien menos le gusta este derivado de la uva), sino porque los beneficios del vino son conocidos desde hace muchos años. Y puede que os preguntéis cual es el motivo por el cual he decidido hablar brevemente de él. Pues bien, el motivo es el siguiente:

Hace unos días, en una de esas guardias infernales que solemos tener, vino a la urgencia una paciente que me hizo una recomendación a tener muy en cuenta. Os pongo en situación: paciente de 85 años, con una vitalidad increíble, que físicamente aparentaba (y os prometo que no exagero) 20 años menos como mínimo. Ante aquella vitalidad y buen aspecto, no se me ocurrió otra que preguntarle que cual era su secreto. La respuesta no fue otra que tomar una copa de vino diariamente. Y sin pensarlo le dije: “¿En serio? ¡Pues voy a tener que tomar nota si quiero llegar a tener el aspecto que tiene usted con su edad! ¡Si alcanzo los 80 años como usted me cambio ahora mismo de profesión!”. (No me lo tengáis en cuenta, por favor, que a ciertas horas de la noche una ya no piensa ni en lo que contesta jajaja)

Pues bien, la paciente estaba realizando un “tratamiento” totalmente beneficioso para su salud, avalado por gran número de estudios científicos.

¿Son tantos los beneficios del vino como se dice?

La respuesta es un SI rotundo, todo en su justa medida (como todo): un vaso de vino diario es muy bueno para la salud; los excesos van totalmente en detrimento de la misma.

El vino es uno de los principales socios que podemos tener para luchar contra la obesidad y el sobrepeso. En 2013, la revista Science, publicó una noticia en donde diversos investigadores muestran que un compuesto del vino, conocido como Resveratrol, actuaba directamente sobre una proteína relacionada con el metabolismo celular y las enfermedades inflamatorias. Activa a SIRT1, un miembro de una familia de enzimas que eliminan grupos acetilo de las proteínas y se cree que están implicados en el envejecimiento y el metabolismo. Es por este motivo, por el cual, en los últimos años, se han comercializado números productos dietéticos que contienen Resveratrol, prometiendo frenar el envejecimiento (dejo abierto el debate de lo realista o no de esta afirmación).

Beneficios del Resveratrol vía: www.knowabouthealth.com/

Un consumo moderado de vino tinto durante 4 semanas se asocia con cambios deseables en el HDL-C (colesterol “bueno”) y el fibrinógeno. Por lo tanto, se considera que tiene efectos beneficiosos a nivel cardiovascular. De igual modo, los antioxidantes del vino reducen la inflamación, impiden que las arterias se endurezcan (aterosclerosis) e inhiben la coagulación.

Otro de los beneficios se ponen de manifiesto gracias a las investigaciones in vitro que han demostrado que el Resveratrol induce la apoptosis (muerte celular) y reduce el crecimiento de las células cancerígenas. Experimentos que involucran a ratones también han indicado que el Resveratrol induce la apoptosis en las células cancerígenas. También se liberan endorfinas (“hormonas de la felicidad”) durante su ingesta y se considera que las personas que consumen vino tienen una vida más saludable y consumen alimentos más sanos.

¡Todo son ventajas!, y estas son solo algunas. Y con esto no es que quiera fomentar el consumo de vino, sólo que si además de disfrutar de una copa en buena compañía, podemos ayudar a nuestro organismo, pues mucho mejor ¿no? Así que… ¡una copita de vino, por favor! Y seguid disfrutando de la ciencia.