Construyendo huesos

26 de septiembre de 2014

¿De qué voy a escribir? ¿Qué tema de medicina puede resultar de interés para nuestros bizarros? Estas han sido las dos grandes cuestiones que me he planteado esta semana, pues entre cambios y vuelta a la realidad del trabajo tras las vacaciones, me he quedado en blanco. Pero como el deber es lo primero, he decidido buscar noticias de temas recientes en medicina y, como cabía esperar, han sido bastantes y muy interesantes.

A principios de Septiembre, se publicó en diversos diarios médicos online, que ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts habían diseñado “un andamio implantable de tejidos recubierto por factores de crecimiento óseo”. ¡¿Cómo?!¡¿De qué me estás hablando?!

Imagen obtenida de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología molecular
Vale. Lo del andamio aplicado a la construcción no es nada raro, pero ¿y al campo de la medicina? Pues la verdad es que por descabellado que pueda parecer, tampoco. Estos ingenieros, han pensado en crear una estructura que es posible injertar allí donde es requerida por alteraciones congénitas, deformidades o lesiones tras algún accidente, a partir de la cual se puede generar tejido sano.

Hasta ahora, lo más habitual era trasplantar tejido óseo de otras estructuras del cuerpo, como por ejemplo la cadera con los riesgos y las secuelas que ello puede conllevar.

Pero volvamos a la noticia. ¿No os preguntáis de qué está formado el andamio?

Pues bien. Se trata de un Polímero Biodegradable denominado PLGA (en realidad se trata de un copolímero de Ácido Láctico y Glicólico –PLGA de sus siglas en inglés). Este material, al igual que el resto de biopolímeros, tiene la capacidad de ser compatible con el tejido en el que se implanta y de degradarse pasado un cierto tiempo, dando lugar a productos que se pueden eliminar o metabolizar fácilmente por el organismo.

El PLGA se ha utilizado para la liberación de esteroides, péptidos, proteínas, antibióticos, anestésicos y vacunas. En este caso, como bien he comentado previamente, se ha utilizado para liberar Factores de Crecimiento Óseo: polipéptidos que llegan a la matriz del hueso, actuando a nivel local para la generación del mismo. Estos factores de crecimiento son PDGF (Factor de Crecimiento Derivado de las Plaquetas, que estimula la proliferación de células musculares lisas, condrocitos, osteoblastos –células formadoras de hueso, fibroblastos), el primero que se libera desde este andamiaje diseñado por los investigadores, y BMP (Proteína Morfogénica Ósea, perteneciente a una familia de proteínas que tienen la capacidad de inducir fuertemente la formación de hueso nuevo, cartílago y tejido conectivo.
Imagen de microscopio electrónico de barrido, observándose la matriz porosa del PLGA recubierta de factores de crecimiento óseo. Vía noticiasdelaciencia.com
Utilizados juntos estos dos factores de crecimiento, los responsables de este estudio, consiguieron lograr una capa de hueso en aproximadamente dos semanas desde su implantación, la cual era, y cito textualmente: “indistinguible del hueso natural en cuanto a apariencia y propiedades mecánicas”.

Un ejemplo de como la ciencia avanza y se utiliza cada vez más en beneficio de todos nosotros. Y, por supuesto, no es tan divertido como el vídeo de a continuación (¡cómo disfruté de enana con esta serie!), pero poco le falta.

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