De cuerdas y física de partículas

1 de septiembre de 2014

Una semana más vuelvo a aventurarme en el maravilloso mundo de la física de partículas. En mi último artículo os hablé de la teoría de cuerdas, de las fuerzas del universo y de relatividad. Y es que aunque los físicos parecen tener un talento especial para enunciar teorías increíbles, formular complicadas ecuaciones y usar la jerga más incomprensible, en realidad adoran la sencillez (un saludo Carles). Asumen que la realidad es sencilla en su fundamento. Por eso no se sienten cómodos con su propio modelo estándar de física de partículas, que describe las características e interacciones de un número finito (¿57?) de partículas diferentes -desde electrones hasta quarks- que componen todas las cosas del Universo.

La búsqueda de una realidad subyacente ha llevado a muchos físicos a abrazar la citada teoría de cuerdas, según la cual toda sustancia del Universo está hecha de una sola cosa: minúsculas cuerdas que vibran. Las diferentes resonancias a las que esas cuerdas vibran crean ese número finito de partículas distintas... y todo lo demás.


La teoría también presenta la insólita peculiaridad (algunos podrían considerar que es una desventaja) de que precisa al menos de nueve dimensiones espaciales, seis de las cuales no son perceptibles para aquellos de nosotros que vivimos en un mundo tridimensional. Pero por el momento la teoría carece de apoyo experimental. Nadie ha visto las cuerdas. Deben de ser demasiado pequeñas (o nosotros demasiado grandes).

Pero los físicos están desesperados por arañar una prueba de la existencia de las cuerdas porque reducirían una física extraordinariamente compleja a unas ecuaciones bastante sencillas. Las evidencias de las dimensiones podrían aflorar cuando los físicos hagan colisionar partículas en el LHC y contabilicen la energía total al final. Si parte de la energía ha desaparecido es porque debe de haber escapado a otra dimensión -y si has visto Fringe, seguro que te ha venido a la mente el carismático Doctor Walter Bishop mientras leías estas líneas-.

En el muy recomendable libro "The fabric of the Cosmos" the Brian Greene, se plantea que sería posible descubrir pruebas de las cuerdas en el fondo cósmico de microondas (FCM), una radiación que sí es visible en todo el firmamento. Por si no te suena, el FCM es la radiación fría y diluida que hay en el espacio y que los científicos consideran "la huella" del Big Bang que formó el Universo.

La expansión del Universo ha ampliado el FCM, y en él podríamos ver ligeras variaciones de las temperaturas en el espacio que secundarían la teoría de cuerdas. Sería como leer el mensaje que las cuerdas nos han dejado.


No es cosa fácil, sin duda. Encontrar algo que encaje con la teoría de cuerdas no es lo mismo que probar su veracidad, y los escépticos necesitarán/necesitaremos (aún no he decidido si incluirme o no en el grupo) pruebas convincentes. De lo que no hay duda es de que la teoría de cuerdas es un genial logro intelectual. ¿O acaso plantear una teoría que dice que unas cuerdas invisibles forman el Universo conocido es tarea sencilla? O_o

Bueno, lo que está claro es que si alguien nos dijese de crear un Universo a partir de cero... sin duda esas cuerdas nos serían de gran utilidad ¿o no?

¡Que la Ciencia os acompañe!

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