LA ATRACCIÓN: Desde Newton hasta el marketing actual… pasando por Benjamin Franklin

12 de abril de 2014

Ahí estás tú, desayunando en tu cafetería favorita a la que, no sabes del todo por qué, siempre te gusta ir. Seguramente estés viendo alguna revista, con anuncios de cosas que, aunque realmente no necesitas, te gustaría tener. Le has dado el último sorbo a tu café y, mientras mordisqueas tu tostada de mantequilla, se acerca esa persona endiabladamente sexy que te ha servido y te pregunta sugerentemente y muy cerca de ti “¿Te gustaría algo más?”… Tu cuerpo se paraliza y  el trozo de tostada que te quedaba se cae al suelo (por el lado de la mantequilla, of course).

En esta situación (y en todas las que ocurren a lo largo del día), la atracción es un factor importante que define nuestras acciones. En todo momento tomamos decisiones basándonos en lo que nos atrae más, ya sea por deseos instantáneos, por el beneficio a corto o largo plazo o por motivos que ni siquiera nosotros entendemos.

En este post no voy a hablaros sobre El Secreto, sino sobre algunos experimentos y curiosidades que he encontrado a lo largo de mi búsqueda por entender cómo funciona esto que llamamos “Atracción”.




LA ATRACCIÓN Y ALGUNAS DE SUS FACETAS

LA ATRACCIÓN EN EL UNIVERSO

He empezado comentando que la atracción está por todas partes y a lo mejor alguno ha pensado que soy una exagerada (o que Freud debería hacerme un 2x1 en sesiones)… pero es cierto. La atracción, en su definición más primaria, se encuentra en el universo, en la naturaleza y cuando me tropiezo y me encuentro con la acera en la cara. Si vamos a hablar de la atracción, debemos empezar comentando la madre de todas: La Atracción Gravitacional.

La madre de Newton nunca llegó a entender por qué éste vino un día con un chichón en la cabeza y no volvió a echar manzana a la macedonia de frutas. Y es que la gravedad es una de las cuatro fuerzas fundamentales del Universo, junto a la electromagnética, la nuclear fuerte y la nuclear débil. Debido a esto podemos decir que, aunque solo fuese por esto, la atracción tiene una gran influencia en nuestra vida.


Sin ella, todo se iría, literalmente. A nivel microscópico se piensa que no habría grandes cambios (no se puede estar seguros de esto porque no se sabe bien cómo actúa la gravedad a escala microscópica), así como en el mundo “intermedio”, es decir, el nuestro, la gravedad parece no ser vital. Sin embargo, al pasar a mayores escalas, la cosa cambia.

Aunque hay que decir que la Tierra jamás se quedaría sin gravedad mientras tenga masa, imaginemos que de alguna forma la perdiese (brujeríaa!). No sólo no tendríamos atmósfera y por lo tanto oxígeno (lo cual resulta ser un pelín perjudicial para la salud… casi tanto como fumar), sino que todo lo que no estuviese asido a la tierra como árboles, edificios, etc. estaría flotando. La órbita de la Tierra ya no estaría ligada al Sol y no existiría Sistema Solar ni ningún otro. De todas formas, todo esto tampoco importaría demasiado ya que tanto la Tierra y el Sol, como todos los demás cuerpos celestes, se despedazarían y desintegrarían ya que se mantienen unidos por gravedad.

Pocas cosas desafían la atracción gravitatoria, sólo se me ocurre un gato con una tostada de mantequilla pegada a la espalda ¿Qué te parece la idea, Bigotitos?



LA ATRACCIÓN EN EL SER HUMANO

A todos, antes o después, nos ha hecho tilín alguien sin saber exactamente por qué. A esta persona la hemos calificado como atractiva y es curioso cómo lo que resulta atractivo para algunos puede resultar indiferente para otros.

Las cuatro componentes del atractivo sexual son:
  • Atractivo estático: Es la parte a priori inalterable de nuestra belleza y viene marcada por preferencias biológicas. Es la forma de nuestro cara, la complexión, la silueta de nuestro cuerpo…
  • Atractivo dinámico: Se podría definir como el carisma de cada persona que, según la RAE es “la especial capacidad de algunas personas para atraer y fascinar”.
  • Imagen personal: Se refiere a la habilidad para mejorar artificialmente nuestro atractivo físico.
  • Circunstancias: Es decir, la situación que nos rodea.
Los tres primeros factores pueden ser “hackeados” por el cuarto, existiendo varios estudios que lo demuestran.

El Poder de la Proximidad:

Se dice que no puedes elegir a tu familia pero sí a tus amigos… esto es relativo ya que un estudio en las residencias del MIT descubrió que había una estrecha relación entre los considerados “mejores amigos” y la cercanía de sus dormitorios.

La Teoría de Pérdidas – Ganancias:

¿Qué te resultaría más atractivo, alguien a quien le has gustado desde el principio o alguien a quien no llamaste la atención de primeras pero luego encontró ese puntito en ti? En un estudio, los sujetos oyeron “accidentalmente” la opinión de otras personas sobre su primera impresión y la actual. Unos dieron una evaluación positiva en todo momento mientras que otros mostraron una opinión negativa al principio, desarrollando con el tiempo la positiva.

Como cabía esperar, el sujeto se sentía atraído por la persona que le había calificado positivamente desde el principio. Pero, sorprendentemente, el sujeto se sentía aún más atraído por aquellos que, teniendo una primera impresión negativa, esta se había vuelto positiva. Esto demuestra que gustar a una persona que tenía una mala impresión de ti es más atractivo que a otra a quien gustábamos desde el principio (mira que nos gusta sufrir…)


El Estudio del Puente Tambaleante:

En este experimento se examinó la atracción de los hombres hacia las mujeres bajo dos circunstancias: En un puente alto y tambaleante o en otro bajo y sólido. En cada experimento, tras cruzar el puente, los hombres se sometían a una batería de preguntas realizadas por una mujer, acabando el test ofreciéndoles su número “por si tenían alguna pregunta”.

Los hombres que conocieron a la mujer tras cruzar el puente alto y tambaleante describieron la situación con un mayor contenido sexual y tenían más intención de llamarla que aquellos que la conocieron tras cruzar el puente bajo y sólido.

¿La razón? Los hombres confundían la excitación generada por la situación de tensión al cruzar el puente a gran altura y se la atribuían a la influencia de la mujer.

Así que ya sabéis chicas, si veis al hombre de vuestros sueños, esperad hasta que esté a punto de ser atropellado por un coche para presentaros.

El Efecto Benjamin Franklin:

Se llama así a la técnica para conseguir caer mejor a una persona a través de pedirle un pequeño favor, fácil de satisfacer, y a su vez agradecerlo como algo realmente importante.

Benjamin Franklin (ese hombre que sale en los miles de billetes de 100 dólares que todos tenemos bajo el colchón) desarrolló una gran carrera política por su prestigio social y su inteligencia. En un discurso, un compañero suyo le criticó fuertemente y, viendo que podría ser un obstáculo en su carrera, decidió hacer lo siguiente: le pidió por favor un libro. El rival, ante esto, se sintió halagado y se lo envió con sumo gusto. Franklin, al tiempo, se lo devolvió con una nota de agradecimiento y a partir de entonces se hicieron grandes amigos.

Deal with it!
La explicación es que tendemos a querer más a las personas cuando les hacemos un favor, más aún que cuando nos hacen un favor a nosotros.


ATRACCIÓN EN LOS NEGOCIOS

Las empresas, a través de los anuncios y otras técnicas comerciales, intentan atraerte hacia su producto y para ello, juegan con la psicología de la atracción.

El Efecto Benjamin Franklin también se desarrolla en este ámbito. Cuando alguien concede hacerte un pequeño favor, inconscientemente interioriza que eres merecedor de dicho favor  y así es más fácil que haga algo más por ti. Del mismo modo, el utilizar tu nombre propio en el discurso o adular de forma controlada y no exagerada hace que el cliente, nosotros, sienta mayor atracción y empatía hacia el vendedor.

Para despedirme os presentaré un claro ejemplo de hasta qué punto se conoce la forma de manipular nuestros deseos, nuestra atracción hacia productos que no sabemos siquiera si necesitamos. En el siguiente anuncio, sin vendernos nada, nos muestran una serie de imágenes que consiguen tocar una tecla especial. Parecen importante, ¿verdad? Confiarías en ellos para comprar sus productos… pero muchas veces, como en los anuncios reales, la publicidad solo vende humo.



Así que, atentos a la atracción y, como siempre... ¡Sed felices! ;)

2 comentarios:

  1. El post me ha parecido interesante porque explica muy bien la importancia de la atracción en el universo y en las personas. Conocer algunas claves es bueno, como el determinismo biológico y la posibilidad de manipulación, aunque al final uno se sienta menos libre de lo que desearía. Te animo a que trates un poco más este tema. A mí me ha gustado.

    Juan Manuel.

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    1. Muchas gracias Juan Manuel :D

      Es verdad que mientras redactaba el artículo tuve que reducir muchas partes para no escribir La Historia Interminable ^^ hay muchísima información ¡y datos bastante curiosos! y lo gracioso es que todo esto comenzó porque yo misma experimenté en primera persona el Efecto Benjamin Franklin (ayy pequeña pony...)

      Te tomo la palabra e intentaré ahondar un poco más en el tema, ¡a ver hasta dónde podemos llegar! ;)

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