Vehículos eléctricos y el principio del fin de los motores de combustión

27 de noviembre de 2013


Recuerdo la primera vez que me subí a un coche "eléctrico". Era un Toyota Prius, uno de los muchos taxis de la marca nipona que circulan por Granada, y lo primero que llamó poderosamente mi atención fue la conducción absolutamente silenciosa del vehículo.

He entrecomillado lo de "eléctrico" porque en realidad el Toyota Prius no es un automóvil eléctrico, sino un híbrido, ya que cuenta con un motor de gasolina que trabaja de manera coordinada con un motor eléctrico con la finalidad de optimizar el consumo de combustible y reducir las emisiones de CO2. Pero el Prius sólo era el principio de algo mucho más grande; el comienzo de lo que, por otra parte, se antojaba inevitable a medio o largo plazo: el fin de los motores de combustión.

En honor a la verdad, los fabricantes llevan ya unos años jugueteando con la idea del coche eléctrico. No es complicado encontrar mil y un prototipos de este tipo de vehículos de las principales marcas de automóviles. De hecho tengo la firme convicción de que si el salto no se ha dado antes no ha sido ni por una conspiración judeo-masónica de las principales petroleras del mundo, ni por la -cada vez mayor- escasez de yacimientos de hidrocarburos naturales, ni siquiera por los prejuicios y el consecuente y necesario cambio de mentalidad del reticente conductor. Creo que el principal problema residía en la autonomía que podían brindar este tipo de vehículos.

Y ha sido cuando, para mi sorpresa, ha llegado BMW y ha presentado el modelo i3, un coche llamado a cambiar muchas ideas preconcebidas y con una autonomía de hasta 200km, que aspira a liderar el cambio de mentalidad anteriormente citado, el primero de toda una serie de coches eléctricos que la marca alemana presentará en los próximos años.

Pero la pregunta que posiblemente ronda todas las cabezas es... ¿cómo cargamos el coche?.

La buena noticia es que podemos hacerlo en un enchufe normal de nuestra casa, en cualquiera de los puntos de recarga para vehículos eléctricos que ya es habitual encontrar por las principales ciudades, o en cualquier otra clavija eléctrica que se nos ocurra y tengamos a nuestra disposición. Al parecer el tiempo de carga oscila -en función del sistema que usemos- entre las 8 horas y los 30 minutos sin mermar capacidad. No pinta mal ¿verdad?.

¿Y cómo funciona un motor eléctrico?

Pues al contrario que en motores de combustión (gasolina o diesel), el motor eléctrico no se nutre de la energía liberada por una explosión, si no por las interacciones electromagnéticas. Como cualquier otro motor eléctrico (sea o no de un coche), en el interior del mismo existen elementos conductores que se mueven y producen energía cuando están dentro de un campo magnético alimentado con la corriente eléctrica.


¿Y quién suministra esa corriente eléctrica?

Pues como ya muchos habréis imaginado, de eso se encargan unas baterías. En el caso de un coche, al pisar el acelerador, se activan una serie de resistencias -o potenciómetros- que transmiten la señal eléctrica al controlador para que éste sepa cuanta energía debe mandar al motor. El controlador puede enviar numerosos niveles de potencia con los que el conductor podrá ir regulando la velocidad según le pise más o menos. Lo que significa que un mayor abuso de velocidad conllevará un mayor gasto de batería y viceversa.

Eso es todo por hoy. Espero que os haya resultado interesante y... que la Ciencia os acompañe.

2 comentarios:

  1. Excelente articulo. No hay que olvidar la posibilidad de convertir los vehículos tradicionales en eléctricos. Es una actividad ideal para usuarios calificados o talleres de mecánica donde con un kit de conversión se obtiene un VE en poco tiempo y a bajo costo. En latinoamerica es un proceso que se aplica sin problemas.

    ResponderEliminar
  2. Gracias. La verdad que desconocía la posibilidad de convertir un vehículo tradicional en un eléctrico. Gracias por la información. Un saludo

    ResponderEliminar

Procura que tu comentario esté relacionado con esta entrada y no olvides revisar la ortografía. Estás en tu perfecto derecho de comentar anónimamente, pero por favor, escribe con respeto y educación. Los comentarios que incumplan estas normas básicas serán eliminados. Gracias por comentar.