La bóveda del fin del mundo

26 de junio de 2013

Foto: Global Crop Diversity Trust 

Hay que reconocer que aunque el nombre provenga de un error de traducción, resulta de lo más sugerente. Bien podría haber sido el título de una de esas maravillas de la Ciencia que casi escapan a nuestro conocimiento. Sin embargo, sorprendentemente lo que se esconde detrás de estas palabras no es ni más ni menos que un gigantesco almacén de semillas. Eso sí, el más grande de los que se sitúan a lo largo y ancho de nuestro planeta. Más terrenal de lo que quizá se espera, pero espectacular en cualquier caso. 

Desde hace unos años, una cuestión que resulta de especial preocupación entre los científicos es la pérdida de biodiversidad que está teniendo lugar. Una catástrofe más que añadir a lista de tantas causadas por el descontrol de la actividad humana (contaminación, alteración de hábitats por deforestación, aumento de presión demográfica…). Un asunto de gravedad ya que este tipo de hechos son irreversibles y hasta donde hoy llegan nuestras posibilidades si una especie se extingue no hay nada que hacer.

No obstante, y aunque el perjuicio afecta a los cinco reinos de seres vivos que pueblan la Tierra, es dentro del vegetal donde está cundiendo la alarma. Sin más basta con mencionar algunos hechos para hacerse idea de la magnitud del problema. Valga como muestra por ejemplo que de las cerca de 8.000 variedades de manzanas que crecían en los Estados Unidos, más del 95 % han desaparecido. O que en sólo dos décadas los 10.000 tipos de trigo que se recolectaban en China han pasado a ser 1.000.

Afortunadamente, y ante estas circunstancias, se han promovido varios convenios internacionales y se han establecido algunos planes de acción. Es más, es a raíz de la concienciación de los riesgos derivados de estas pérdidas que surge un nuevo proyecto, el que da título a esta entrada. Una base en la que preservar al menos todas aquellas especies de vegetales comestibles. Un modo de garantizar la biodiversidad de los cultivos alimentarios para generaciones venideras. Es así como nace el Svalbard Global Seed Vault, en esencia, un depósito de duplicados de semillas.

Foto: Global Crop Diversity Trust 


       Localización e instalaciones

La idea, tomada del NBG (Nordic Genetic Resource Centre), comenzó en 1983 pero necesitó de muchos años para adquirir forma. Es más, hubo que esperar hasta el 2007 para que comenzaran las obras y al 2008 para que entrara en funcionamiento.

Una de las primeras dudas fue la localización más adecuada para esta clase de edificio. Tras varios estudios, expertos determinaron que la zona de Svalbard (Noruega) era la más idónea. Esta afirmación se basa principalmente en la estabilidad, el bajo nivel de radiaciones y las magníficas condiciones climatológicas del lugar. Y es que gracias al permahielo que allí cubre la tierra, la temperatura promedio nunca supera los – 3,5 grados Celsius. Esto la acondiciona como un perfecto depósito frigorífico subterráneo. A pesar de ello, el edificio cuenta en sí con un sistema artificial de enfriamiento que alarga el tiempo de estabilidad de las semillas almacenadas. Así, las condiciones naturales se reservan como recurso ante un fallo temporal del sistema.

La instalación se compone de tres cámaras separadas capaces de almacenar cada una 1.500.000 muestras de diferentes semillas.  Las tres dotadas de un equipamiento propio que mantiene la temperatura constante a -18 grados Celsius. A estas cámaras se accede por medio de un túnel de 100 metros de largo con salida al exterior. La única parte visible de toda la construcción.

Foto: Global Crop Diversity Trust 

        ¿Cómo se almacena? 

Las semillas se colocan en paquetes sellados dentro de cajas a su vez selladas y almacenadas en el interior de la bóveda.  Gracias a la baja temperatura y presión de oxígeno del interior se reduce la actividad metabólica lo que permite la conservación de las muestras.

A pesar de la condiciones, gradualmente las semillas pierden la capacidad de germinar. Por esta razón, para garantizar el éxito del proyecto, algunas semillas de las almacenadas se extraen a tiempo y se plantan. Posteriormente, se recolectan nuevas y frescas y se incorporan a la cámara. De esa forma, la especie original se conserva a lo largo de los años.

Foto: Global Crop Diversity Trust 

     ¿Quién tiene acceso?

Los depositantes de las semillas tienen la seguridad de mantener sus derechos sobre las mismas. De esta manera sólo con el consentimiento de los mismos se permite el acceso a las muestras. A su vez, en el caso de reclamo, las semillas se devuelven a los depositantes.

Con este método lo que se pretende es abrir las puertas a todas las especies de cada rincón del planeta. A conseguir el objetivo de preservar todas las especies sin obstáculos políticos ni de intereses económicos. Una forma de protección de tesoros. Y es que las distintas variedades de plantas tienen características diferentes, en muchos casos invisibles a la percepción humana. Características genéticas que en un futuro podrían hacer de las plantas seres más resistentes, capaces de adaptarse a nuevas condiciones climáticas o con algún beneficio extra desconocido ya sea nutricional o terapéutico. Si no se protegen, este valor añadido de futuro se perderá y nunca sabremos lo que dejamos escapar. Algo que el ser humano no se puede permitir.

Foto:  Mari Tefre/Svalbard Globale Seed Vault

3 comentarios:

  1. Basicamente esto es un arca de Noé de semillas no? Está bien, así no se darán casos como por ejemplo el hipotético de Fringe donde el café era un bien extremadamente caro debido a su casi extinción. Lo malo de tener ese almacén es que ahora la gente tampoco se cortará explotando esos alimentos, si total, en caso de que se acaben en toda La Tierra siempre van a estar las semillas esas ahí de repuesto.

    Muy interesante la idea esta, no había oído hablar de ella.

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  2. Qué pasada! No tenía ni idea de que existía algo así. Es como tener una copia de seguridad.
    Es una muy buena idea, aunque estoy de acuerdo con Mariano, hay que tomárselo como un último recurso en el caso de que todo lo anterior falle, y no pensar que al tener ese seguro ahí no hemos de cambiar el actual ritmo.
    Aunque creo que, de tener que echar mano en unos años de alguna de las especies de este almacén, seguro que hará que el precio de este se dispare.

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  3. para que tanta seguridad , si viene un cataclismo y nos terminamos como los dinosaurio, y despues nos reproducieramos otra vez, quien la habre?como llega el hombre hasta ahi? ni va a saber que existe eso.

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